Trazos de ternura sueltos, dejados al azar, como las pequeñas cosas que no sabemos que necesitamos hasta que están ahí, frente a nosotros. Momentos que son apenas susurros de felicidad, imperceptibles si no prestamos atención. La mirada fiel de una mascota, el roce de una mano amiga, o el murmullo de un recuerdo que regresa para abrazarnos cuando menos lo esperamos.
Aquí quedan guardados, desprovistos de prisa, estos fragmentos de ternura, sin esperar nada a cambio. La ternura está en los detalles, en lo simple, en lo que no cuesta esfuerzo ni lleva pretensión alguna. Es un garabato que se traza solo, buscando refugio en algún lugar del espacio.
Pasa, detente, respira, y sigue. Que cada uno encuentre aquí lo que quiera o lo que necesite.
1. La belleza de lo simple
A veces, un abrazo o una sonrisa son todo lo que uno necesita para iluminar el día. Como una pequeña chispa que llega y se queda.
2. Recuerdos que abrazan
Son esas pequeñas escenas que se graban en la memoria, como la primera palabra de un niño o esa mirada sabia de una mascota. Pequeñas cápsulas de ternura que, sin darse cuenta, llenan espacios.
3. La ternura en los detalles
A veces, los gestos más pequeños pueden tener el impacto más grande. Un destello de calidez, apenas un susurro, pero que se hace sentir.
4. Espacio de ternura
Y así quedan las historias sueltas, como estrellas esparcidas. Cada una con su pequeña luz, aguardando en algún rincón del espacio. Quién sabe quién llegará a verlas.
5. Visuales suaves
Imágenes en tonos pastel, trazos libres, sin un destino fijo. Como si alguien hubiera dejado caer un poco de amor y felicidad al azar.
Texto generado por ChatGPT en respuesta a una interacción personalizada.
Cortesía de OpenAI.
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Ilustración de Daniel Caminos | Bibliopeque